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Prof. Dra. Miriam Madureira

Curriculum Vitae

Miriam Mesquita-Sampaio de Madureira es profesora-investigadora de tiempo completo del Departamento de Humanidades de la Universidad Autónoma Metropolitana – Cuajimalpa. Ha estudiado Ciencias Sociales en la Universidade de São Paulo, Brasil, y Filosofia en la Eberhard-Karls Universität Tübingen (Magister Artium). Es doctora en Filosofía por la J. W. Goethe Universität de Frankfurt sobre el Meno, y es autora de los libros Leben und Zeitkritik in Hegels frühen Schriften (Frankfurt a.M.: Peter Lang, 2005) y Kommunikative Gleichheit (Bielefeld: transcript, 2014), editora (con Bernardo Bolaños Guerra) de Autoconocimiento y reflexividad. Perspectivas contemporáneas (México: UAM/Juan Pablos), además de autora de diversos artículos de investigación. Tiene como principales áreas de investigación la filosofía práctica de Hegel, la teoría crítica de la escuela de Frankfurt y la filosofía social y política contemporánea.

Proyecto de investigación (resumen) UAM-C

Mi actual investigación tiene como tema general Reconocimiento, trabajo e interacción: de Hegel a la Teoría Crítica. En sus inicios, ese proyecto tenía por objetivo realizar un estudio histórico y sistemático de algunos aspectos de la relación recíproca entre las concepciones de reconocimiento, intersubjetividad (e interacción) y trabajo provenientes del Hegel temprano, sus interpretaciones y sus consecuencias para la Teoría Crítica de la escuela de Frankfurt en su versión contemporánea.

Un punto de partida de esta investigación ha sido la concepción de espíritu presente en las obras de Hegel de su período de Jena anteriores a la Fenomenología del Espíritu, la que se considera distinta de la que se impondrá posteriormente en el Hegel “maduro”. Como se sabe, la interpretación de los escritos de Jena como expresión teórico-filosófica de una concepción alternativa a la del espíritu con carácter subjetivo (que corresponde a la concepción hegeliana de una sustancia que es sujeto, y de un sujeto que es sustancia) es una tesis que proviene de Jürgen Habermas. Refiriéndose explícitamente a los escritos del Hegel de Jena hoy publicados como Jenaer Systementwürfe I y III [Esbozos de Sistema de Jena I y III], de 1803/04 y 1805/06 (éstos últimos publicado en español como Filosofía Real) respectivamente, Habermas ha llamado la atención en su escrito de 1967 Arbeit und Interaktion (Trabajo e Interacción) sobre la posibilidad de ver en el Hegel de Jena “una propuesta sistemática propia, posteriormente abandonada” en favor de una concepción considerada por él como „monológica“. Esa concepción se apoya según Habermas en el hecho de que el espíritu no se presenta en ese escrito como autorreflexivo, sino desde el conjunto interrelacionado de “tres modelos de relaciones dialécticas de igual valor” („drei gleichwertige[n] Muster[n] dialektischer Beziehungen“), que se expresan en la concepción de tres tipos de medios (Mitten) en los que tiene lugar el proceso de (auto)constitución del ser humano tanto en el plano filogenético como en el ontogenético: lenguaje, trabajo y familia (o, para Habermas, interacción) no reductibles el uno al otro. Central aquí es la importancia que adquieren en la estructuración del espíritu, por lo menos en lo que concierne al plano ético-normativo, las relaciones intersubjetivas.

En lo que se refiere a Hegel, el hecho de que los escritos de Jena poseen un significado propio ha sido, después de la interpretación de Habermas y a partir de la publicación de los escritos de Jena en los Gesammelte Werke organizada por el Hegel-Archiv de Bochum, ampliamente discutido y ha encontrado apoyo –en distintas interpretaciones- en diversos estudiosos. Fundamental en la interpretación de Habermas no es, sin embargo, el problema del significado propio de los escritos de Jena en sí mismo, sino la relevancia que, a partir de esa concepción del espíritu, adquiere el medio de la interacción, y por ende, la intersubjetividad, frente al de trabajo. A partir de la distinción entre los tres medios del espíritu en los escritos de Hegel en Jena anteriormente referida se presentaba para Habermas la posibilidad – que tendría amplias consecuencias para su propia obra posterior – de distinguir entre dos tipos de acción, correspondientes después a dos tipos de racionalidad presentes en el mundo moderno: la acción con arreglo a fines (o instrumental), característica de la dimensión del trabajo (que, en su opinión, había estado en el centro de la crítica a la razón occidental moderna hecha por la generación precedente de la Teoría Crítica) y la acción comunicativa, característica de la dimensión denominada por él como la de la interacción.

A partir de la interpretación que Habermas ofrece de los textos del Hegel de Jena se ha resaltado también en el contexto de otras investigaciones posteriores, en el contexto de la teoría crítica sobre todo la de Axel Honneth, la importancia de la intersubjetividad y del concepto de reconocimiento (Anerkennung), asociado al medio que Habermas había llamado el de la interacción, para la filosofía práctica, en particular para la Teoría Crítica. El énfasis dado a la intersubjetividad, a la interacción y al reconocimiento ha tenido, así, importantes repercusiones en lo que respecta a los parámetros normativos de la Teoría Crítica contemporánea. Sin embargo, al énfasis conferido al concepto de interacción ha correspondido una pérdida del peso teórico del concepto de trabajo: en la teoría habermasiana de la acción comunicativa la dimensión crítica del concepto de trabajo y su posible potencial emancipatorio – clave hasta ese entonces de la crítica de la sociedad moderna ejercida por esa tradición – parece haber dejado de ocupar un lugar relevante en la Teoría Crítica. Y aunque en la teoría del reconocimiento de Axel Honneth la dimensión del trabajo – que había estado presente como un problema central en los primeros escritos de ese autor –  aparece todavía en dos lugares (como asociada a dos de las “esferas” de reconocimiento que él retoma de Hegel, la del derecho, y, sobre todo, la del “desempeño”, o de la “solidaridad”), también en ella su importancia se ve reducida a los potenciales normativos presentes en el mercado como lugar de realización de las formas de reconocimiento características de la sociedad capitalista. Me parece, sin embargo, ser posible recuperar el tema del trabajo para la Teoría Crítica a partir de una reinterpretación de sus premisas en Hegel -en particular de una reinterpretación del problema de la interacción y del reconocimiento- que podría llevar a establecer otra relación entre los conceptos de trabajo e interacción. Esa es la línea de investigación que he estado desarrollando recientemente.