Prof. Dr. Anton Koch
Currículum
Nací en 1952 en Gießen (Hesse, Alemania) y crecí en Fronhausen an der Lahn en la comarca de Marburg. Al concluir el bachillerato en Gießen en el año 1971, estudié Filosofía y Germanística en Heidelberg y me doctoré en 1980 en Heidelberg con una tesis sobre Kant y Sellars (Vernunft und Sinnlichkeit im praktischen Denken [Razón y sensualidad en el pensamiento práctico], Würzburg 1980). De 1982 a 1989 trabajé como asistente científico en la universidad de Múnich, donde me habilité en enero de 1989 con una tesis sobre referencia indexical y autoconciencia (Subjektivität in Raum und Zeit [La subjetividad en el espacio y el tiempo], Fráncfort del Meno 1990). A continuación laboré como docente y asistente superior en Múnich y además de 1991 a 1993 como catedrático suplente de las tres nuevas cátedras del Instituto de Filosofía en Halle, consecutivamente: primero la de Filosofía Teórica, luego la de Filosofía Práctica y finalmente la de Historia de la Filosofía, para ocupar esta última como titular de 1993 a 1996. De 1996 hasta principios de 2009 fui catedrático de Filosofía en Tubinga. En 2008 fui elegido miembro de la Academia de Ciencias de Heidelberg. Durante el semestre de primavera 2009 enseñe como profesor invitado en la Emory University de Atlanta. Desde 2009 soy catedrático de Filosofía en Heidelberg. Mis publicaciones más recientes en forma de libro son: Subjekt und Natur. Zur Rolle des „Ich denke“ bei Descartes und Kant [Sujeto y naturaleza. Sobre el papel de «Pienso» en Descartes y Kant], Paderborn 2004; Versuch über Wahrheit und Zeit [Ensayo sobre la verdad y el tiempo], y finalmente, Wahrheit, Zeit und Freiheit [Verdad, tiempo y libertad] (ambos Paderborn 2006).
Investigaciones actuales
Mis investigaciones filosóficas se centran en dos puntos esenciales: por un lado, la lógica de Hegel que intento comprender independientemente de la letra de Hegel para referirla posteriormente a aquella letra. El tratamiento de esta temática durante muchos años me ha llevado a la convicción de que Hegel expone en la Ciencia de la Lógica una teoría de evolución del espacio lógico que debería entenderse como metafísica no estándar. Es metafísica porque se comprende a sí misma como una ciencia teórica que trasciende los puntos de vista (lo mismo que la física y las matemáticas); no es estándar porque intenta articularse como la teoría singular sin presuposiciones, teniendo que comprender por esta razón lo absoluto o el espacio lógico como proceso lógico y no –como lo hace toda la otra metafísica– como una totalidad ya concluida (de ideas, mundos posibles, determinaciones categoriales, o cosas similares). Sigo estando muy lejos de haber penetrado ya los detalles de esta metafísica evolutiva no estándar que es fascinante y fecunda y promete proveer un panorama completo y una crítica fundamental de todas las posibles metafísicas (estándar). Continua, pues, la ardua labor de adentrarse teóricamente en la lógica de Hegel.
Por otro lado, estoy trabajando en el refinamiento, la profundización y ampliación de la teoría filosófica que desarrollé in extenso en mi obra Versuch über Wahrheit und Zeit [Ensayo sobre la verdad y el tiempo] de 2006, resumiéndola al mismo tiempo de manera concisa en el librito Wahrheit, Zeit und Freiheit [Verdad, tiempo y libertad]. Dicha teoría se basa en tres doctrinas fundamentales: (1) la tesis de la subjetividad, (2) la tesis de la antinomia, y (3) la doctrina de tres aspectos esenciales de la verdad que se extienden por muchos hechos y conceptos filosóficos fundamentales.
Ad (1). La tesis de la subjetividad afirma que la subjetividad es necesaria y originalmente corporal y que a priori se sabe como corporal, además de que al siendo-el-caso le pertenece necesariamente mi subjetividad corporal individual, por la cual todo siendo-el-caso se encuentra orientado desde siempre a partir de él mismo. En el discurso de los mundos posibles (que, por cierto, en verdad no aplica) debería decirse que en ningún mundo existe una subjetividad no materializada (puramente espiritual) y que en cada mundo (aquí o allá, antes o después) se presenta subjetividad corporal (que a priori sabe de sí misma). De esta tesis de la subjetividad pueden inferirse muchas cosas (entre otras, que la teoría de Hegel relativa a la evolución del espacio lógico, por principio debe superarse en una filosofía hermenéutica no metafísica).
Ad (2). La tesis de la antinomia implica que el pensamiento está plagado en su fondo por una antinomia (una contradicción indisoluble) que se revela, por ejemplo, en la antinomia del mentiroso («Este enunciado no es verdadero»). La antinomia del mentiroso no es una antinomia semántica (o lo es, a lo mucho, por accidente) sino más bien una antinomia puramente lógica: la antinomia de la negación que alguna vez motivó a Parménides a querer desterrar completamente la negación del ámbito lógico.
Sin embargo, no existe un procedimiento eficaz de neutralizar la antinomia de la negación, sino únicamente una labor dificultosa de bricolaje caso por caso.
Ad (3). La verdad tiene un aspecto a) realista u objetivo, b) pragmático o normativo y c) de interfaz o fenomenal. En el contexto del aspecto realista aparece como correspondencia, en el contexto del aspecto pragmático, como afirmabilidad (y tal vez más exactamente, como consenso, coherencia, y similares) y en el contexto del aspecto fenomenal, como desocultamiento. Sin embargo, lo importante es no desbancar estos aspectos uno por el otro en teorías parciales que compiten entre sí, sino integrarlos en una teoría única de la verdad. En segundo lugar, es importante revelar la estructura de tres aspectos también en otros hechos filosóficos fundamentales, refiriendo los hechos fundamentales uno al otro:
(i) El ser es a) objetivo, b) orientado hacia mis fines subjetivos individuales, y c) accesible de modo fenomenal. (ii) La subjetividad es esencialmente a) afectiva, b) conativa y c) cognitiva (cf. la vieja teoría de las tres facultades del alma: sensación de placer/displacer, facultad de apetecer, facultad de conocer –pero las facultades no deben comprenderse como módulos independientes, de modo que pudiera existir el conocimiento sin sensación ni apetito–). (iii) El discurso tiene las tres proto-dimensiones lógicas a) del juicio y de su amplitud sintética de sujeto y predicado que permite la ambivalencia (verdadero/falso), b) de la conclusión y del avance concluyente de premisas a conclusiones, y c) del concepto y su envergadura (el caber dentro de conceptos). (iv) El espacio posee en su orientación egocéntrica las tres dimensiones a) de lo ancho (derecha/izquierda), b) de la lejanía o profundidad (atrás/delante), y c) de la altura (arriba/abajo). (v) El tiempo tiene los modos a) del pasado, b) del futuro y c) del presente. (vi) La libertad tiene los aspectos a) de la libre elección o albedrío, b) de la autonomía de la voluntad, y c) de la independencia del nexo con la naturaleza. (vii) La felicidad tiene los aspectos a) del placer o de la alegría, b) del logro y de la virtud y eticidad, c) de la presencia y contemplación.
Son tales supuestos que mantienen funcionando mi imaginación teórica y que me motivan a no cesar en la investigación filosófica.
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